Los autores analizan cómo esta herramienta que incrementa la participación ciudadana y fomenta la inclusión, también mejora la gestión de gobierno haciéndola más justa y eficaz, frente a la corrupción y la desigualdad.
Por Guillermo Costanzo y Luis Jorge
El presupuesto participativo es una herramienta poderosa para mejorar la gestión del Estado, mediante la cual la ciudadanía puede deliberar y tomar decisiones en la elaboración del Presupuesto Público.
En Argentina los gobiernos locales que lo utilizan le asignan anualmente una parte de los recursos.
Los criterios de implementación1 pueden ser:
Territorial (zonas, ciudades, barrios, etc.)
Temáticos (medioambiente, desarrollo, inclusión social, etc.)
Actores (juventud, adultos mayores, género, etc.)
Los principales beneficios que reportan las experiencias exitosas son:
Incremento de la transparencia, la eficacia y la eficiencia de la gestión por la sinergia que produce la interacción directa entre funcionarios políticos, técnicos y ciudadanos.
Mejora en la relación ente el Estado y la población disminuyendo los conflictos y elevando la confianza ciudadana.
Genera un modelo de gestión de alto impacto produciendo una transformación económica y social.
A pesar de sus bondades, la implementación actual del presupuesto participativo en Argentina se caracteriza por su inestabilidad, que se agravó con la pandemia por la imposibilidad de realizar reuniones presenciales y porque algunas administraciones destinaron los recursos a afrontar la emergencia sanitaria.2
Evolución Histórica
Analizamos su evolución histórica para comprender mejor el porqué de la extensión del presupuesto participativo, cada vez más por todo el mundo.
En 1988 Porto Alegre implementó con éxito el presupuesto participativo en un contexto caracterizado por la desigualdad, la corrupción y la desconfianza de la población sobre las instituciones.
Su aplicación rápidamente se extendió a 120 ciudades de todo Brasil.
Se pudieron reportar los siguientes logros:
Más inclusión social: por ejemplo, la implementación del presupuesto participativo en viviendas disminuyó los casos de ocupaciones ilegales.
Multiplicó la participación ciudadana: se pasó de mil participantes en la primera experiencia, a cuarenta mil.
Mayor eficiencia: disminuyeron los costos de las obras públicas
Aumentó la predisposición al cumplimiento tributario: la recaudación creció 25%.
Incrementó el principio de pertenencia: disminuyó el deseo de autonomía de las ciudades.
Mejoró las relaciones entre la población y los funcionarios públicos.
Debido a estos logros en 1996 Porto Alegre fue elegido por la ONU en el concurso de buenas prácticas como una de las mejores experiencias de gestión del mundo.
El presupuesto participativo es recomendado por la ONU, UNICEF, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. Estas instituciones no solo lo valoran positivamente sino que también ofrecen asistencia técnica y financiamiento; con este impulso el presupuesto participativo se extendió por Latinoamérica como una forma de inclusión social y de hacer frente a la corrupción y a la desigualdad.
Nuestra región fue pionera y fuente de inspiración en Europa que lo aplicó con otro eje, enfocado en reconstruir la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en la clase política.
En la actualidad Europa está a la vanguardia, presentando las experiencias más innovadoras y más numerosas a nivel mundial.
Los casos se siguen multiplicando por todos los continentes porque fortalece la democracia, incrementa la participación ciudadana y mejora la gestión de gobierno haciéndola más eficaz y más justa.
Durante la pandemia solo un tercio de los Municipios continuó aplicando el presupuesto participativo.
En otros países se utiliza no solo a nivel del gobierno local, regional y nacional sino también en ámbitos tan diversos como escuelas, universidades, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de profesionales y hasta en prisiones.
En Argentina, si bien su aplicación fue inicialmente exclusiva de los Municipios, ya se está empleando cada vez en más Universidades Nacionales.
El criterio predominante en nuestro país es el territorial, aunque existen experiencias de presupuestos participativos para adultos mayores, con perspectiva de género y para jóvenes.
Ahora que estamos superando los efectos de la pandemia, es el momento para volver a dar impulso a mecanismos de democracia directa, dentro de los cuales, la estrella es el presupuesto participativo, porque:
Las experiencias más exitosas se registran a nivel local con alto impacto en el incremento del nivel de vida de los vecinos en su entorno más cercano.
Nos permite mejorar la relación entre la ciudadanía y el Estado.
Genera una transformación económica y social, porque por un lado estimula el crecimiento económico y mejora la calidad de vida de la población y por el otro, introduce un cambio en el comportamiento individual y colectivo de los ciudadanos que además de observar los acontecimientos, opinar y ser escuchados, son protagonistas directos del proceso de diagnóstico, deliberación sobre las posibles soluciones, elaboración de proyectos de inversión, asignación de orden de prioridades y seguimiento, control y evaluación de las inversiones públicas.
El presupuesto participativo de la Municipalidad de General Pueyrredon
Durante el ejercicio 2022 el gobierno local tomó la decisión de retomar, post pandemia, la implementación del programa Participa MGP, en el marco de la Ordenanza 25061/2021. En esta oportunidad, los vecinos de la ciudad presentaron 1.167 ideas para su barrio, 432 proyectos pasaron la factibilidad legal, técnica y presupuestaria y con 12.686 votos eligieron 35 proyectos ganadores que deberán ejecutarse durante el año 2023, con una inversión de 195 millones de pesos.
Cambia tu aldea y cambiarás al mundo
En el mundo actual vivimos una situación paradójica. Por un lado, se verifica un alto nivel de apoyo a las democracias y, por el otro, una profunda insatisfacción con su funcionamiento y el sistema de representación política.
Debido al éxito del Presupuesto Participativo, en 1996 Porto Alegre fue elegido por la ONU en el concurso de buenas prácticas como una de las mejores experiencias de gestión del mundo.
La confianza en la política, los políticos y las instituciones públicas está declinando. El presupuesto participativo es una de las esperanzas para revertir esta situación generando otra forma de gobernar, más participativa y más efectiva.
Mahatma Gandhi decía “si quieres cambiar al mundo empieza por cambiarte a ti mismo”. A León Tolstoi se le atribuye la frase “pinta tu aldea y pintarás al mundo”. Los profesionales en Ciencias Económicas que nos desempeñamos en el ámbito municipal debemos asumir un rol protagónico y liderar equipos transversales que implementen con éxito mecanismos de democracia directa que mejoren las políticas públicas de nuestras ciudades, parafraseando a Tolstoi el desafío de nuestro presente es “cambia tu aldea y cambiaras al mundo”.